Cuando te miro me inspiro
y por mi infancia suspiro
¿Cómo olvidar que vives en mí?
¡Si la vida misma de ti recibí!
Son para ti mis versos en sinfonía
Madre Siringa, la bella de este gran día
porque eres pura, porque eres buena,
porque eres luz,
como si fueras del Santo Mártir la recia cruz.
Saludo tu esplendor madre querida,
porque el calor de tu sombra fue la guarida,
que coronó de fortuna al porfiado
cuando vino de otro mundo mal tratado.
Fue a tu sombra, con tu leche y con tu sangre.
Que muchos seres en tu suelo dejaron el hambre,
y yo niña ni siquiera imaginaba
que tu vida se encontraba enajenada.
Por ti en amor y a ellos en odio,
tendré toda mi vida que luchar
no sé cuál de esas armas por el oprobio
escoger para vengarme o perdonar.
Solo sé que soy tu hija Madre amada
extensión de tu vida inmaculada,
serena en la expresión de nuestra historia,
algún día te vestiré de gloria.
A la Madre linda de mi tierra camba
hoy alegre mi corazón le canta.
A la joven, la madura y a la anciana,
por ser el Día de la Madre Boliviana.
Extractado del Libro "SENDAS, Poesías de Esperanza, Amor y Fe" de Elsy Alpire V. Cobija, 1998.