lunes, 26 de febrero de 2018

Mis poemas


        Plegaria a la Madresiringa
El acecho (Óleo sobre tela-1999)

 I 
Madresiringa, ven a mi
deja por un momento la selva
y dame inspiración.

Ven, cruza mares, océanos.
No te preocupes del siringuero,
cuando tu vuelvas
él estará ahí
como siempre,
en el rincón del olvido
de quienes ostentan el poder
y se sirven de su voto.

Ven a mí, Madresiringa
quiero ser tu voz
para gritar tus sentimientos
tus rabias
tus anhelos
y tu resignación...
pero no por eso debemos callar!

II
Madresiringa madre,
Mito y leyenda de mis antepasados
Tú que diriges mi caminar
Tú que guías mis pasos
No me abandones nunca
Jamás rompas los lazos que me unen a ti
Que me llevan a tus brazos
Esos brazos que protegen a los hombres y mujeres
Habitantes humildes y nobles de mi pueblo.

Habita en mí por siempre
Más allá de mi origen
Más allá de mi nacionalidad
Trascendamos fronteras por siempre
Y para siempre!

III
Déjame, Madresiringa
Ser árbol de siringa
Ser árbol de castaña
Ser madera noble
Ser río en calma y en llenura
Ser tucán y patujú
Ser tigre y sicurí
Ser misterioso como el pájaro siringuero
Ser indígena
Ser campesino
Ser mito y leyenda como tú
Y sobre todo
Ser pandino
Ahora y para siempre!
 (Eloy Añez Marañón "Memoria de siringa")

viernes, 16 de febrero de 2018

Le peintre caoutchouc/ El pintor de los siringueros


El año 1998 me entrevistaron periodistas del canal de documentales Homme Nature Tv (www.hommenature.com)  en Cobija.
Hace unos días atrás se pusieron en contacto conmigo Catherine Lacroix-Pelletier y François-Xavier Pelletier, los periodistas que entonces realizaban un documental sobre los Chimanes en Bolivia. Agradable sorpresa, porque me hicieron conocer el vídeo realizado por ellos.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Mis poemas

Plegaria a la Madresiringa
Abandono y olvido (Óleo sobre tela-2010-11) 71x92 cm.

Madresiringa, ven a mí
Deja por un momento la selva
Y dame inspiración…

Ven, cruza montañas, mares y océanos
No te preocupes del siringuero
Cuando tu vuelvas
Él estará ahí
Como siempre
Y donde siempre:
En el rincón del olvido
De quienes ostentan el poder
Y se sirven de su voto.

Ven a mí, Madresiringa,
Quiero ser tu voz
Para gritar tus sentimientos
Tus rabias
Tus anhelos
Y tu resignación…
Pero no por eso, debemos callar

 Madresiringa, ven a mí
Con  patujuces en las manos
Con sicuris de collares
Con tucanes y caimanes
Con taitetú y tigre
Con huasos y sereres.

 (poema escrito en 2012)

Madresiringa o madre de la siringa, mujer mística de la selva, de los siringales (el árbol del caucho recibe el nombre de Siringa en el noroeste boliviano, donde se explotó hasta los años 80 por la caída de los precios de este producto en el mercado internacional).
Se dice que era una mujer bella, amazónica, que enamoraba a determinados siringueros, los hacía sus amantes y les proporcionaba mejor producción de caucho, caza y protección, con el compromiso de que éste cuidara la selva, no abusase de la naturaleza, ni del árbol del caucho por la avaricia de ganar mas dinero sobreexplotando su producción de látex.
El castigo que proporcionaba al amante avaricioso era el de la muerte, envolviéndolo completamente de látex, como una momia, sin ninguna excusa, era implacable.

viernes, 2 de febrero de 2018

Mis poemas

ODA AL SIRINGUERO
(Eloy Añez Marañón)

La ofrenda (entre mitos y realidades) óleo sobre tela-1998 (Eloy Añez Marañon)

I
Levanta la cabeza
mantén la frente en alto
no te avergüences de tu pobreza
ni la de tus hermanos.
Abre los brazos, esos brazos fuertes!
y agarra con tus callosas manos la luna
porque te lo mereces.

Tú, que ayer fuiste orgullo
y hoy solo eres abandono y olvido.
Tú, señor de estradas y siringales
Amo de la selva y de los ríos.
Tú, hermano siringuero
compatriota  siringuero
coge tu cuchilla,
Coge tus tichelas
y raya el árbol de siringa
llena el balde de savia
y conviértela en bolachas
con el humo del buyón.
Tú, alma humilde y serena
vuelve a caminar por las sendas del siringal
iluminado por la poronga del amanecer.
Raya, raya el árbol noche y día
que la selva es tu hogar
que el tigre es tu compañía
(aunque te vigila escondido, como el patrón).
Se como él,
lánzate sobre los que te explotaron
y te dejaron sin tierra
en esta selva tan tuya
como de la sicurí
como del huaso y el jochi
como del patujú y el tucán.
Esta selva tan tuya como mía
Como de todos!

Hermano siringuero
Desciende de la cruz de la ignominia
a la que te sometieron  ayer
los del poder, tabaco y del alcohol.
Enfréntate a ellos con el mismo coraje
con la que te enfrentas a la malaria,
Señor de las estradas y de las tichelas.
Enfréntate puño en alto
a todo aquel que te olvida
una vez que le das el poder;
al que permite que tu vida
valga menos que una Coca Cola.
Coge tu marico y llénalo de esperanzas
porque tú volverás a ser persona
y no esa sombra que busca en la ciudad
trabajo y pan para los suyos.
Tú dejarás de ser objeto de feria y de mitin
cada vez que hay elecciones
y cuando necesitan de tu voto.
Levanta el machete que te ennoblece
Y corta de raíz la pobreza
a la que te someten desde tiempos pretéritos
cuando los árboles lloraban látex
y se erguían cual majestuosos titánes,
guardianes de la selva 
Pide, no, mejor exige!...
caminos, hospitales y escuelas
para que los que heredaran tu sacrificio
puedan ser más sanos, mejor alimentados
y sobre todo, más libres.

Soy como tú, hijo de la simiente  de Bolívar
y del suelo que defendió Bruno Racua
el indígena valiente y siringuero
que guía mis pasos con sus flechas incendiarias.

II
Me sentaré bajo un enorme árbol maderero
A reflexionar que hice por ti, 
hermano siringuero.
Nada! Ese es el balance…
Tú sigues tan pobre
Tan olvidado
Tan ajeno a la tierra que te pertenece
Desde los comienzos del mundo
Pero ningún papel te garantiza la tierra potestad
Ni del siringo, del castaño, del cedro o la mara,
Del taitetú, de la sicurí, del manechi,
De la paraba, del caimán
Ni de los ríos que surcan esta tierra
Ni siquiera aferrándote al lema
“La tierra es de quien la trabaja”
Porque el patrón y los gobiernos
Así lo decidieron contra ti.
…Pero, te queda algo
Que no se compra ni se vende
Y que nadie podrá quitarte:
Tu dignidad!

III
Eres gallardo como el árbol de siringa
Majestuoso como el castaño
Sublimes son tus pasos
Por las estradas del siringal y de la vida.
Eres fuerte como el tigre
Que vigila tus pasos
Como el patrón al acecho.
Ni los mosquitos, ni la malaria
Detienen tu caminar firme
Hacia la historia
Que te ennoblece cada 11 de octubre
Pero que el pasado te negó.

IV
Eres paisaje, río, sicurí, látex,
Eres indio Pacahuara, Machineri,
Yaminagua, Araona
Bruno Racua…
Eres Siringuero!
Por eso me inclino ante ti
Hombre de siringa!
Señor de las bolachas
De la cuchilla y las tichelas
Señor de los siringales
De mi tierra!