domingo, 5 de octubre de 2025

DESCRIPCIÓN DE MI OBRA PICTÓRICA

 Descripción de mi obra Wateja`ko (Mujer-jaguar)



Wateja`ko (Mujer-jaguar) está en lengua tucano del pueblo Siekopai (también conocidos como Secoyas). Es una figura femenina del jaguar en la cultura de este pueblo ancestral del territorio fronterizo de Ecuador y Perú.

El rostro es el de mi musa vital, mi esposa Rosa María, pintado como si fuera una mujer-jaguar, inspirado en la pintura corporal festiva de algunos pueblos indígenas amazónicos, como el ritual de nominación femenina nhiok del pueblo Kayapó-Xikrin, donde aparecen las robni (mujeres-jaguares).

Como complementos embellecedor tiene a la flor de patujú (flor símbolo amazónico de Bolivia). Lleva en su pescuezo un collar hecho de semillas que se convierte en una serpiente coral y viste el tipoy, vestimenta del oriente boliviano y en uno de sus brazos, como si fuera un tatuaje, la fachada de la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, patrona de nuestra ciudad de origen, Cobija.

Elementos compositivos de esta obra son los diferentes grafismos indígenas (Shipibo, Asurini, y otros pueblos) que representan al jaguar, a la anaconda, serpientes, peces, guacamayos, mariposas, maiz, asaí.

Esta obra la empecé a pintar en septiembre de 2024. Este año (2025), al retomar su proceso, la he ido transformando, introduciendo junto al grafismo y pintura corporal indígena, la flora y fauna, mitos y leyendas (el bufeo colorado, la serpiente Ronin, el colibrí) así como algunos elementos de la cosmovisión y chamanismo amazónico: la liana de oni (ayahuasca), la rana kambô, etc.

Aparte de la figura central, he representado a los dos depredadores poderosos de la amazonia, frente a frente, simbolizando lo que son: los animales mas representativos en todas las culturas de la Abya Yala, desde los pueblos amazónicos hasta las culturas mesoamericanas y andinas.

Los pueblos amazónicos de una u otra manera tienen a estos dos animales, la serpiente y el jaguar en categoría de representación simbólica de sus cosmovisiones, como por ejemplo, los Kali`nas de la Guayana Francesa consideran que el mundo tiene tres niveles, con sus respectivos ámbitos que cuenta también con "jefes", usualmente subordinados a los shamanes. Los jefes del cielo son los buitres de cabeza roja y amarilla, los jefes del bosque son el jaguar y el oso hormiguero, los jefes del agua son la boa y el caimán, etc.

COSMOVISION, MITOS Y LEYENDAS

EL JAGUAR

En las culturas amazónicas, el jaguar es más que un animal; es un símbolo poderoso que representa la conexión íntima con la naturaleza y la importancia de vivir en equilibrio con el mundo natural.

Desde las culturas prehispánicas hasta algunas de las comunidades indígenas actuales, la representación del jaguar se mantiene vigente como parte fundamental de sus costumbres, tradiciones e historias. Estas conceden al jaguar un misticismo y un lugar encumbrado en el sistema de creencias de algunos pueblos indígenas. Así el jaguar se metaforiza en el trueno, entendido en varias culturas como rugido felino y, por lo tanto, garante de la fertilidad y el bienestar del entorno natural.

Varias culturas amerindias comparten su cosmovisión alrededor de este felino, así como la idea de que los líderes espirituales y los chamanes pueden transformarse en jaguares para cumplir tareas específicas. Por ejemplo, los guaraníes creen que cuando muere un guerrero se transforma en jaguar. Los Kogui se autodenominan ‘Hijos del jaguar’ o ‘Gente jaguar’.

De la América precolombina, a los Olmecas también frecuentemente se los llaman «indios del jaguar». El jaguar era para este pueblo un animal totémico. Una leyenda cuenta que el pueblo olmecas nació de una mujer mortal y un jaguar divino.

En la cosmovisión andina, también el jaguar tiene una presencia importante, es el caso de la civilización andina Chavin, cuyo nombre se traduce como «hijos de jaguar con lanzas»

En la pintura corporal del pueblo Matipu, la del jaguar es el mas importante entre los luchadores de huka-huka en la ceremonia del Kuarup (ceremonia de los muertos). Según ellos, la pintura corporal surgió cuando Taugi (el sol) junto a su hermana gemela Aulukuma (la luna) convocó a los animales a participar en el kuarup en memoria de su madre muerta, llamada Sangitsegu. Taugi explicó a los luchadores las normas del ritual y la pintura. Todos ellos se pintaron el cuerpo, cada uno con su símbolo. Ekege (el jaguar), representante de los animales, se proclamó vencedor en la lucha, y desde entonces para el pueblo Matipu se oficializó el nombre de la pintura corporal: Ekege ikusü (pintura del jaguar).

El jaguar (huku) también forma parte de la mítica del pueblo Xerente, ya que fue el encargado de enseñarles el uso del fuego.

Por su parte, para los Paiter Suruí el jaguar es un animal que tiene un fuerte significado en la cultura ya que los ancianos sabios cuentan que este pueblo fue creado con los huesos del jaguar.

Los Ticunas tienen un árbol sagrado llamado tüerüma cuyos gajos se dispersan por todos lados, creen que las hojas del lado derecho se transforman en jaguares al caer al suelo.

El jaguar como trofeo de caza y chamanismo

La caza de cabezas practicada por los mojos de la sabana oriental de Bolivia, antes de su concentración en las misiones jesuitas a finales del siglo XVII, tenía una peculiaridad única en el continente sudamericano: asociaba cráneos-trofeos de seres humanos con cráneos-trofeos de jaguares . Entre los mojos este felino, llamado ichini por ellos, adquirió la condición de un espíritu sui generis, único en su capacidad de exhibir un cuerpo visible públicamente. Los jesuitas, después de haber sido testigos de los rituales por los cuales las calaveras de jaguares eran «consagradas», se convencieron de que se trataba de una manifestación concreta de idolatría, “honraban a un (falso) dios: el dios-jaguar (alias del diablo)”.

En éste pueblo, el chaman de mayor prestigio era aquel que se hubiera enfrentado a un jaguar y salir con vida, que llamaban tiharauqui, al que veneraban como un hombre de superior virtud.


LA ANACONDA

En la amazonía boliviana fronteriza con Brasil, a la anaconda se la llama sicurí. Muchos pueblos amazónicos asocian el río Amazonas con la anaconda porque esta serpiente domina el paisaje acuático y porque los meandros de los ríos imitan el movimiento de este réptil. Por esta razón, es común que los dibujos de anacondas estén representados en casas comunitarias entre los Tukano, por ejemplo.

Mitos sobre la creación del mundo por una anaconda son comunes entre los pueblos indígenas amazónicos, sobre todo los Desanas, etnias del rio Uaupes o Vaupé (Colombia-Brasil). La historia que cuentan es sobre una anaconda que se movía a través de los meandros del gran río Amazonas, poblando las aldeas en sus márgenes, dando origen al mito conocido como serpiente-canoa:Una Anaconda ancestral penetró el universo/casa a través de la ‘puerta de agua’ ubicada en el Este, y subió los ríos Negro y Vaupés con los ancestros de toda la humanidad dentro de su cuerpo. Inicialmente, esos antepasados-espíritus tuvieron la forma de ornamentos de plumas, pero fueron transformados en seres humanos en el curso de su viaje. Cuando alcanzaron la cascada de Ipanoré, el centro del universo, ellos emergieron de un hueco en las rocas y se desplazaron hacia sus respectivos territorios”.

Para los Wauja, un pueblo del Alto Xingú, destaca Kamalu Hai, “la gigantesca serpiente-canoa que lleva en su dorso una larga serie de cazuelas”

Entre otros grupos, como los Tupi-Gavião (Rondônia, Brasil) y Panare (grupo Karib de Las Guayanas), la anaconda es un animal gigante asociado con el arco iris.

Los Yawanawá creen en el mito de la serpiente vinö ronö, (que se invoca en una iniciación chamánica), que es una anaconda de color azul y roja, que mide alrededor de un metro de diámetro y 18 metros de longitud, forma parte de una familia de serpientes sagradas que guardan el portal entre el mundo físico y el espiritual.

En Perú la anaconda es conocida como la Yakumama, una criatura mítica ampliamente reconocida en las leyendas y mitos de la selva amazónica. Representada como una serpiente o anaconda gigantesca, es conocida por ser una protectora de los ríos y lagos, y se cree que habita en las profundidades de las aguas amazónicas. Yacumama significa Madre del agua en quechua.

Para los shipibos, etnia del Perú, Ronin, (Gran Boa) es la serpiente creadora del cosmos y de las aguas, madre de todos los diseños que ellos llaman kené; genitora de geometrías fractales dibujadas sobre su piel, sobre su cuerpo, sobre el mundo: las efélides de peces y jaguares, las nervaduras de las hojas, las ramas de los árboles, las vertientes de los ríos, los caminos estelares. En síntesis, el kené es conocimiento ancestral, sabiduría originaria, ciencia y memoria de las formas primordiales de la naturaleza y el universo.

En el mito de los Aikanã (Rondonia-Brasil) existe una culebra grande con los colores del arco-iris llamada Kiantô. Según este mito, así como existe un reino en la Tierra con todos sus habitantes, existe también el reino de las aguas con sus propios habitantes, presidido por el Kiantô.

Por su lado, los Ticunas tienen a Yawae (serpiente-grande), entidad mitológica que despierta temor y respeto. Es la dueña de la arcilla, su piel es colorida y puede vivir tanto en el agua como en la tierra. Asimismo, se convierte también en arco iris, y cuando hay dos arco iris en el cielo, para los ticunas son Yawae y Tautchipe, una serpiente mucho mas grande y que puede transformarse en una persona. Según el mito, Tautchipe venció a Yawae en una lucha de poder para dominar toda la naturaleza. Es el culpable de las inundaciones y destrucción de casas y personas.


EL BOTO O BUFEO ROSADO

El Bufeo, llamado por otros nombres tonina o delfín, es tal vez el más común de los personajes del imaginario popular del amazonas en Perú, Bolivia, Brasil, Colombia. Según la leyenda, este ser es un delfín rosado que principalmente se convierte en ser humano para seducir tanto a hombres como a mujeres.

Entre las múltiples descripciones que se hacen de este ser, se dice que cuando se transforma en hombre acostumbra vestirse de manera muy elegante y utilizar siempre sombrero para ocultar el espiráculo de su cabeza, igualmente se dice que cuando el bufeo ya ha fijado sus ojos en una mujer suele tomar la forma del esposo de la misma y así poder seducirla sin levantar sospecha alguna.


EL COLIBRÍ

Su nombre en diferentes idiomas refleja su importancia en la cosmovisión de los pueblos indígenas, como "Qente" en quechua. Su nombre en maya yucateco se pronuncia como “ts’unu’um”, una onomatopeya del zumbido de sus alas durante el vuelo.

A pesar de ser una de las aves más pequeñas del mundo, el colibrí fue considerado por diversas culturas como un elemento cuya labor es unir diversas dimensiones. Por ejemplo, los aztecas creían que se trataba de un mensajero entre los hombres y los dioses; para los guaraníes, el colibrí era el encargado de transportar al cielo a las almas de los difuntos.

Los mexicas lo relacionaban con Huitzilopochtli (“colibrí a la izquierda”), su dios de la guerra. Creían que los guerreros caídos y las mujeres fallecidas en el parto se convertían en colibríes y regresaban al sol. Para esta cultura, el colibrí cumple un papel esencial en Mictlán, es decir, el inframundo. Según esta creencia, los colibríes pueden llevar buenos pensamientos, deseos y bendiciones de familiares que ya han fallecido, quienes en las noches dejan sus almas en Mictlán y reencarnan en el cuerpo de estas pequeñas aves para visitar a sus seres queridos en la tierra.

En una de las culturas mesoamericanas más relevantes de México: la maya, se dice que los dioses crearon esta ave a la que llamaron oxts’unu’um’ para volar libremente, para cumplir su misión como mensajera y guardiana del tiempo. Los antiguos mayas asociaban al colibrí con la fertilidad, la vida, el cielo, el sol y los dioses Según sus mitos, el sol se transformaba en colibrí para dar paso a la Luna.

El Inca creía que el colibrí era un mensajero del cielo. El cóndor, que tiene la posición de "rey de los cielos" concedió su condición de mensajero espiritual primario del "mundo superior" al colibrí. La leyenda incaica dice que hubo una competencia entre el cóndor y el colibrí para ver quién sería el rey. El cóndor dijo que podía volar hasta el borde del cielo y el colibrí dijo que podía volar más allá del borde hacia el centro del cielo. Cuando llegó el momento del concurso, el colibrí no apareció. El cóndor despegó y voló hacia el borde del cielo, momento en el cual el colibrí emergió de las plumas del cóndor y voló hacia el centro del mundo superior, donde conoció a Wiraqocha, el dios metafísico de los Andes.

En la mitología amazónica, el colibrí es mucho más que un simple pájaro; es un ser sagrado, un mensajero de los dioses, un proveedor de fuego y un símbolo de esperanza y sabiduría. En algunas culturas amazónicas, el colibrí es visto como un intermediario entre el mundo de los vivos y el de los muertos, llevando mensajes y pensamientos de un lugar a otro. Es venerado por su belleza y colorido, siendo un tema recurrente en la artesanía y el arte amazónico.

Conocido como "Jémpe" por los pueblos Wampis y Awajún, el colibrí es una figura central y se le atribuye un papel crucial en la creación y la vida cotidiana.


EL ROBO DEL FUEGO

Una leyenda Shuar relata que el colibrí, llamado en kichwa “Quindes, robó el fuego de un ave llamada "Takétek" para entregárselo a los humanos, permitiéndoles cocinar y desarrollar la civilización.

Todas las lenguas Pano cuentan el mito de Yowashikonawa, el Inca mezquino que poseía el fuego y los hombres vivían sin poder cocinar su comida y sin tener hoguera para calentarse.

Entre los Kashinawá o Huni Kuin, el lorito Chërë se ofrece a robar el fuego. Para cometer ese robo, se acerca a Yawashikonawa y su mujer poniéndose a llorar, el Inca para callarlo y ahuyentarlo le lanza un tizón, al que Chërë toma con su pico y se aleja volando, ayudado por otras aves para que cumpla su hazaña dejando el tizón en el hueco de un árbol capirona y corre al río para enfriar su pico.


CHAMANISMO SAGRADO

LA RANA KAMBÔ (MONO GRANDE”)

La tradición oral de los Matsés cuenta una historia fascinante sobre la rana Kambô. Se dice que, en un tiempo de gran sufrimiento y enfermedades, los miembros de la tribu buscaron la ayuda de los espíritus de la selva. En su búsqueda, encontraron a la rana Kambô, quien les ofreció su secreción como un regalo de sanación. A cambio, ellos debían prometer cuidar de la selva y de todas sus criaturas. Desde entonces, el Kambô se ha utilizado para restaurar la salud y la vitalidad de quienes lo necesitan.

En la cosmología de los Noke Kuin, la rana Kambô fue el primer chamán de la historia, que curó a una mujer al borde de la muerte. Según ellos, esta rana es un ser muy poderoso que les fue entregado por su deidad Kokapin shari hace mas de 2000 años y fueron la primera tribu que recibió la sanación a través de la secreción de la saliva de la rana.

La liana o bejuco Oni (“sabiduría”)

Se cuenta que la liana fue un hombre del cielo y la chacruna una linda mujer de la tierra que se casaron y al morir, hicieron el juramento que siempre juntos enseñarían y curarían a los seres humanos, de la tumba del hombre nació la liana de Ayahuasca y de la mujer nació la chacruna”. Para ciertos pueblos de la Amazonía, la Ayahuasca o yagé “es la que da la fuerza y la Chacruna la visión”

El Ayahuasca, Yagé, o Nishi Cobin es una bebida utilizada por los pueblos indígenas amazónicos elaborada a partir de la combinación de dos plantas: la liana de Ayahuasca (Banisteriopsis caapi), hervida con las hojas de la Chacruna (Psychotria viridis).

La liana Ayahuasca es una planta madre, considerada sagrada y maestra por los pueblos de la Amazonía. Por ser el espíritu de la naturaleza, constituye el fundamento de la espiritualidad, del chamanismo, de la medicina tradicional y de la cosmovisión indígena. Ha sido utilizada milenariamente por los pueblos indígenas como fuente de sabiduría, salud y reconciliación.

En idioma shipibo se llama Nishi Cobin, que significa bebida de la sabiduría o bebida de los sabios.

En quechua Ayahuasca significa "soga de los espíritus", por su etimología Aya (espíritu, muerto) y waska (soga, cuerda), ya que en la cosmovisión de los pueblos nativos el ayahuasca es la soga que permite que el espíritu salga del cuerpo sin que este muera.

En idioma kaxinawá se llama Nixi Pae, que significa “bebida fuerte”

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Wateja`ko” actualmente se expone Andalucía, en la muestra colectiva de pintura “ART SOUP” de la Galería de Arte Sala Aires de Córdoba.




PROCESO 2024
                                                                    Septiembre de 2024

                                                                 5 Septiembre 2024










                                                                           PROCESO 2025















SEPTIEMBRE 20925





Wateja'ko (mujer jaguar) en lengua tucano del pueblo Siekopai (Secoyas) del Perú y Ecuador.

Acrílico sobre tela 70x90 cm. 2024-2025. Eloy Añez Marañón 

Fuentes: Internet, Wikipedia, redes sociales.







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